25 - Experiencias Pedagógicas 02
miércoles, 25 de mayo de 2016
Encanto de tiza
El transporte se acercaba y yo de un salto subí para vivir mi aventura diaria. Y allí en el fondo despliego mi portafolio para corroborar una vez más si tengo todo en orden.
Como todas las mañanas, la bandera nos acompaña para iniciar el día, los perros callejeros se pelean mientras cantamos, ellos, los han acompañado desde bien temprano a sus dueños por las calles pequeñas de esta ciudad de “manos fuertes”, cuyo fundador nombró como Armstrong…
Al ingresar a las aulas, veo a “Mirtita” la portera de muchos años en la escuela que comienza a pasar el plumero en mi puerta pero con su oreja y ojos desorbitados. Los chicos se ríen y despliegan una serie de relatos cortitos pero cómicos sobre este momento, de pronto, su mano se mueve enérgicamente…
¬_Profe… “¿Puedo hablar con usted?”
Por supuesto que me acerco porque mi curiosidad era gigantesca, y luego de escuchar su relato mi mirada fue atónita.
En ese instante, tuve la sensación que una hecatombe se aproximaba, que el pasillo solitario, se vería colmado hasta con la Directora y los alumnos aprovecharían el momento para salir, gritar…
Con la misma rapidez que antes, Mirta gira su cabeza y concluye:
_ ¿Puedo o no puedo Profe?
Muchas veces opinamos sobre situaciones donde creemos saber qué hacer y estar preparados, “este caso era el Axioma que demuestra que no es así, que no sabemos todo para todos, ni siquiera el reglamento aparece como el salvador del asunto”.
Mirta sólo quería estar en mi módulo de ochenta minutos en el segundo año, porque necesitaba saldar una cuenta añeja: poder comprender de una vez, el análisis sintáctico que allá lejos y hace tiempo no se había animado a preguntar. Su silencio fue – según ella – porque la docente de ese entonces “no los dejaba ni respirar fuerte”.
Experiencia en la docencia.... Un encanto de tiza.
El transitar de la docencia tiene tanta luz como oscuridad: depende de nosotros con qué claridad queremos enfocar.En todas las épocas las transformaciones sociales, ideológicas y culturales están expuestas, la actual no tiene porqué ser la excepción; sin embargo, lo que sí hace la diferencia entre una y otra es el papel y la actitud que asumamos ante ella.
El rol que juega hoy por hoy la educación es el resultado de un compromiso adquirido, quizás de una manera consciente o circunstancial, de convertirse en un medio que no sólo transmita conocimientos o forme hábitos, sino que nutra lo suficiente a todos los involucrados en el proceso educativo.
Por otro lado, preocupa la diversidad de jerarquías valorativas, esto es, en épocas anteriores no era tan difícil determinar qué era inconveniente o conveniente, justo o injusto, normal o anormal; además, los referentes específicos a seguir formaban parte de nuestra familia, de nuestro grupo de amigos y, por ende, de nuestra escuela; actualmente, las formas de vida ofrecen como única opción, los referentes que se adquieren a través del contacto con Internet, medios de comunicación, lo que origina confusión en el momento de jerarquizar valores.
Por lo tanto, es claro el papel que tiene ahora la educación: ser el medio que equilibre los avances científicos y la esencia de lo humano, promoviendo así, individuos íntegros conscientes de su trascendencia y, por lo tanto, responsables con las nuevas generaciones.
Pero para ello, es indispensable contar con profesionales de la educación que sean gestores de este nuevo perfil de cambio, que sean capaces de definir sus objetivos, así como la forma de llegar a ellos; que sean referentes congruentes con el ser y el pensar, pero, sobre todo, sembradores de esperanza.
El poder alimentar esa esperanza para poder cumplir sueños, destinos, realidades a nuestros alumnos y por ende, a la sociedad toda, es una responsabilidad que con mucho ímpetu se debe tomar. En mi caso, el contribuir con un sueño para completar una trayectoria escolar sin importar la edad fue en un comienzo una gran responsabilidad que luego se fue entrelazando en la sensibilidad de todos. Un desafío inigualable que alegró mi corazón.
lunes, 23 de mayo de 2016
Yo soy el otro. Gloria Ginevra
Yo soy el otro
Gloria Ginevra
Entré a la sala de profesores y encontré a
tres colegas hablando en voz baja. Saludé con el acostumbrado “buenos días” pero
ignoraron mi saludo no por antipáticos sino porque ni siquiera se percataron de
mi presencia. Abrí el libro de temas, pensé en la unidad a cubrir y comencé la
rutina de completar ese libro que, en esta oportunidad no tenía ningún
recordatorio de la secretaria académica. Cuando llegué a la sección de la
firma, mis colegas se dieron vuelta y sin mediar más palabra me dijeron: ¿Te
enteraste de las novedades? Me corrió un escalofrío y me dispuse a escuchar…
Entré al aula y percibí el mismo ambiente
enrarecido de la sala de profesores. Todos los estudiantes, los mismos que
siempre me esperaban con actitud expectante, se encontraban cuchicheando y al
verme entrar, se codearon y dispusieron en sus lugares, con la mirada baja. Sabían
que yo sabía, sabían de mi enojo, de mi molestia ante lo ocurrido…Sin mediar
una palabra, escribí en la pizarra, lo más grande que pude y teniendo en claro
que el sector más alto de la pizarra estaba vedado a mi metro cincuenta la
palabra HETEROGENEIDAD. Los chicos quedaron absortos mirando la pizarra primero
porque la palabra estaba escrita en español, yo doy mis clases en inglés y por
otro lado, porque no era parte de la agenda de la unidad que estábamos
cubriendo.
Fue una clase movilizadora para todos,
incluso para mí porque se desataron en mi memoria los momentos en los que yo
también había las sido víctima de alguna forma de bullying o acoso. Creo que
nadie salió de esa clase sin por lo menos haber reflexionado sobre sí mismo,
sobre la mirada del otro, sobre la importancia que le asignamos a esa mirada, sobre
los modelos que seguimos. Fue una clase no planificada, pero tal vez, la clase
que mejor recuerdo de mis años de docencia.
viernes, 20 de mayo de 2016
Presentación Encanto de tiza"
Hola!!!
Les quiero ofrecer mi breve relato sobre una situación vivida en mi trayecto docente. Ojalá pueda llevarlos por un instante a algún/os momentos que ustedes hayan vivenciado.
s@ludos!!!
Les quiero ofrecer mi breve relato sobre una situación vivida en mi trayecto docente. Ojalá pueda llevarlos por un instante a algún/os momentos que ustedes hayan vivenciado.
s@ludos!!!
domingo, 15 de mayo de 2016
El aula y su diversidad
La
labor docente nunca es igual. Incluso estando en un mismo colegio con varios
cursos, la modalidad de trabajo de cada uno será totalmente distinta. Además
dentro de las mismas aulas nos encontramos con una gran diversidad. El desafío
al que intento enfrentarme cada vez que planifico la materia para un curso es aspirar
a abarcar la mayor diversidad en gustos de los alumnos, adaptándome al mismo
tiempo al contenido propio de la materia y al colegio en el que me encuentro.

Considero
que los contextos jamás serán homogéneos y es eso mismo lo maravilloso de la
docencia. El desafío es aprender a ser como el camaleón, adaptarnos a las
circunstancias, los alumnos, el contexto físico, etc. Poner sobre la mesa lo
que tenemos y a partir de eso crear.
Prezi: El aula y su diversidad
lunes, 9 de mayo de 2016
Inclusión educativa ¿sueño postergado o realidad?
">
INCLUSIÓN EDUCATIVA
¿SUEÑO POSTERGADO O REALIDAD?
Soy profesora en
Letras y trabajo en un pequeño pueblo de la provincia de Formosa. Todo el
C.B.S. dicta las clases de Lengua una colega y yo soy responsable de dictarlas
en el C.O.S., motivo por el cual cada inicio de ciclo lectivo decidimos
reunirnos exclusivamente para que ella pueda brindarme especificaciones acerca
de mis potenciales alumnos.
Año tras año, las
dificultades resaltadas son la falta de interés en la lectura, la inadecuada
expresión oral y escrita, la falta de acompañamiento de los tutores y la falta
de hábitos de estudiantes. Pero este año, a dichas dificultades se sumó, en 4 I
y 4 II la falta de compañerismo y capacidad para trabajar con otros,
especialmente con los compañeros con capacidades especiales que están
integrados. Ella me manifestó que generalmente la discriminación se le escapaba
de las manos y no lograba manejar la situación. Dice que ha buscado la ayuda de
colegas y de los padres de los alumnos pero los logros fueron mínimos por lo
que consideraba que la situación seguiría igual. Realmente, esto no sólo me
preocupó sino también me desalentó.
En el momento en
que empecé a planificar la programación para la etapa de diagnóstico decidí
abordar el bullying, la intolerancia y
la violencia a través de dos textos de Marco Denevi; a saber La hormiga e Inmolación
por la belleza. Comenzamos leyendo Inmolación por la belleza.
Conversamos sobre el contenido temático del texto. Al principio, las
participaciones eran limitadas hasta que el alumno con hidrocefalia dijo que
muchas veces él se sintió “como ese pobre erizo” y que por eso podría entender
por qué se dejó morir. Inmediatamente, algunos de sus compañeros intentaron
insultarlo, entonces les pregunté qué los molestaba de él y ninguno pudo
brindarme una explicación coherente; algunos alegaban que “es un pesado”, otros
que “él no hace nada pero igual pasa de curso”, etc.
Entonces, le pedí
al alumno hostigado que nos contara cómo
eran sus días, su rutina desde que se levantaba hasta que se acostaba y qué lo
hacía feliz. Él con cierta ingenuidad con contó cosas triviales como, por
ejemplo, que se levanta, se higieniza, reza, se alimenta. Pero, además, nos
contó con lágrimas en los ojos lo feliz que lo hace saber que asistirá a
clases, que verá a sus compañeros y que estos lo harán sentirse vivo, presente.
Seguidamente, promoví la palabra de los compañeros y un grupo de chicas dijo
que ellas lo querían mucho y que uno de los principales motivos por los que se
enojaban con sus compañeros cuando estos lo molestaban era porque no querían se
Lázaro se cambiara de curso o, lo que “es peor”, se fuera a la escuela
especial. Realmente, el momento vivido fue emocionante pero a la vez muy
difícil; no sabía cómo seguir. Me sentía quebrada e incapaz de mediar adecuadamente
en ese tipo de situaciones. No obstante, intenté seguir con la clase. Para
calmar los ánimos, les propuse que leyéramos otro texto del mismo autor
titulado La hormiga. En este caso, los alumnos llegaron a la
conclusión de que todos ellos se sentían las hormigas y que Lázaro podría ser
la hormiga que se animó a salir y experimentar lo realmente bueno de la vida y
que, quizás, era por eso que lo fastidiaban tanto.
Lamentablemente, el
horario de clases finalizó pero antes de irnos al recreo les encomendé plasmar
a través de diferentes textos sencillos sus interpretaciones y apreciaciones
acerca de lo leído. En el transcurso de la semana, los alumnos repartieron a
todo el colegio folletos, propagandas y láminas en las que plasmaron sus
apreciaciones, interpretaciones y valoraciones.
La experiencia fue
muy positiva pero todavía hay mucho que hacer. Lo importante es sentir que uno
puedo intentar acercase a los alumnos, escucharlos, vivir con ellos sus miedos
e inquietudes.
Comparto con ustedes el Prezi que realicé:
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