miércoles, 25 de mayo de 2016

Encanto de tiza El transporte se acercaba y yo de un salto subí para vivir mi aventura diaria. Y allí en el fondo despliego mi portafolio para corroborar una vez más si tengo todo en orden. Como todas las mañanas, la bandera nos acompaña para iniciar el día, los perros callejeros se pelean mientras cantamos, ellos, los han acompañado desde bien temprano a sus dueños por las calles pequeñas de esta ciudad de “manos fuertes”, cuyo fundador nombró como Armstrong… Al ingresar a las aulas, veo a “Mirtita” la portera de muchos años en la escuela que comienza a pasar el plumero en mi puerta pero con su oreja y ojos desorbitados. Los chicos se ríen y despliegan una serie de relatos cortitos pero cómicos sobre este momento, de pronto, su mano se mueve enérgicamente… ¬_Profe… “¿Puedo hablar con usted?” Por supuesto que me acerco porque mi curiosidad era gigantesca, y luego de escuchar su relato mi mirada fue atónita. En ese instante, tuve la sensación que una hecatombe se aproximaba, que el pasillo solitario, se vería colmado hasta con la Directora y los alumnos aprovecharían el momento para salir, gritar… Con la misma rapidez que antes, Mirta gira su cabeza y concluye: _ ¿Puedo o no puedo Profe? Muchas veces opinamos sobre situaciones donde creemos saber qué hacer y estar preparados, “este caso era el Axioma que demuestra que no es así, que no sabemos todo para todos, ni siquiera el reglamento aparece como el salvador del asunto”. Mirta sólo quería estar en mi módulo de ochenta minutos en el segundo año, porque necesitaba saldar una cuenta añeja: poder comprender de una vez, el análisis sintáctico que allá lejos y hace tiempo no se había animado a preguntar. Su silencio fue – según ella – porque la docente de ese entonces “no los dejaba ni respirar fuerte”.

Experiencia en la docencia.... Un encanto de tiza.

  El transitar de la docencia tiene tanta luz como oscuridad: depende de nosotros  con qué claridad queremos enfocar.En todas las épocas las transformaciones sociales, ideológicas y culturales están expuestas, la actual no tiene porqué ser la excepción; sin embargo, lo que sí hace la diferencia entre una y otra es el papel y la actitud que asumamos ante ella.

  El rol que juega hoy por hoy la educación es el resultado de un compromiso adquirido, quizás de una manera consciente o circunstancial, de convertirse en un medio que no sólo transmita conocimientos o forme hábitos, sino que nutra lo suficiente a todos los involucrados en el proceso educativo.
  Por otro lado, preocupa la diversidad de jerarquías valorativas, esto es, en épocas anteriores no era tan difícil determinar qué era inconveniente o conveniente, justo o injusto, normal o anormal; además, los referentes específicos a seguir formaban parte de nuestra familia, de nuestro grupo de amigos y, por ende, de nuestra escuela; actualmente, las formas de vida ofrecen como única opción, los referentes que se adquieren a través del contacto con Internet, medios de comunicación, lo que origina confusión en el momento de jerarquizar valores.

   Por lo tanto, es claro el papel que tiene ahora la educación: ser el medio que equilibre los avances científicos y la esencia de lo humano, promoviendo así, individuos íntegros conscientes de su trascendencia y, por lo tanto, responsables con las nuevas generaciones.
    Pero para ello, es indispensable contar con profesionales de la educación que sean gestores de este nuevo perfil de cambio, que sean capaces de definir sus objetivos, así como la forma de llegar a ellos; que sean referentes congruentes con el ser y el pensar, pero, sobre todo, sembradores de esperanza.
  El poder alimentar esa esperanza para poder cumplir sueños, destinos, realidades a nuestros alumnos  y por ende, a la sociedad toda, es una responsabilidad que con mucho ímpetu se debe tomar. En mi caso, el contribuir con un sueño para completar una trayectoria escolar sin importar la edad fue en un comienzo una gran responsabilidad que luego se fue entrelazando en la sensibilidad de todos. Un desafío inigualable que alegró mi corazón.

lunes, 23 de mayo de 2016

Yo soy el otro. Gloria Ginevra




Yo soy el otro

 Gloria Ginevra

Entré a la sala de profesores y encontré a tres colegas hablando en voz baja.  Saludé con el acostumbrado “buenos días” pero ignoraron mi saludo no por antipáticos sino porque ni siquiera se percataron de mi presencia. Abrí el libro de temas, pensé en la unidad a cubrir y comencé la rutina de completar ese libro que, en esta oportunidad no tenía ningún recordatorio de la secretaria académica. Cuando llegué a la sección de la firma, mis colegas se dieron vuelta y sin mediar más palabra me dijeron: ¿Te enteraste de las novedades? Me corrió un escalofrío y me dispuse a escuchar…

Entré al aula y percibí el mismo ambiente enrarecido de la sala de profesores. Todos los estudiantes, los mismos que siempre me esperaban con actitud expectante, se encontraban cuchicheando y al verme entrar, se codearon y dispusieron en sus lugares, con la mirada baja. Sabían que yo sabía, sabían de mi enojo, de mi molestia ante lo ocurrido…Sin mediar una palabra, escribí en la pizarra, lo más grande que pude y teniendo en claro que el sector más alto de la pizarra estaba vedado a mi metro cincuenta la palabra HETEROGENEIDAD. Los chicos quedaron absortos mirando la pizarra primero porque la palabra estaba escrita en español, yo doy mis clases en inglés y por otro lado, porque no era parte de la agenda de la unidad que estábamos cubriendo.

Fue una clase movilizadora para todos, incluso para mí porque se desataron en mi memoria los momentos en los que yo también había las sido víctima de alguna forma de bullying o acoso. Creo que nadie salió de esa clase sin por lo menos haber reflexionado sobre sí mismo, sobre la mirada del otro, sobre la importancia que le asignamos a esa mirada, sobre los modelos que seguimos. Fue una clase no planificada, pero tal vez, la clase que mejor recuerdo de mis años de docencia.



viernes, 20 de mayo de 2016


Los invito a ver mi trabajo en el google+

s@ludos!!

Presentación Encanto de tiza"

Hola!!!
             Les quiero ofrecer mi breve relato sobre una situación vivida en mi trayecto docente. Ojalá pueda llevarlos por un instante a algún/os momentos que ustedes hayan vivenciado.
s@ludos!!!

domingo, 15 de mayo de 2016

El aula y su diversidad


La labor docente nunca es igual. Incluso estando en un mismo colegio con varios cursos, la modalidad de trabajo de cada uno será totalmente distinta. Además dentro de las mismas aulas nos encontramos con una gran diversidad. El desafío al que intento enfrentarme cada vez que planifico la materia para un curso es aspirar a abarcar la mayor diversidad en gustos de los alumnos, adaptándome al mismo tiempo al contenido propio de la materia y al colegio en el que me encuentro.
El área de Lengua y Literatura es un ámbito en el cual constantemente circulan textos de diversas tipologías. Hay algunas que gustan más y otras no tanto, lo mismo sucede con las temáticas trabajadas. Sin embargo, el hecho de que haya alguna que guste más que otra, ¿eso significa que sólo demos esa tipología o temática? ¡No! Lo importante es encontrar la manera de aplicarlas a más de una unidad para que a los chicos les resulten más atractivas. Por ejemplo, el año pasado en un curso de 5to año la mayoría de los alumnos mostraban un interés muy grande en la argumentación, y no tanto en la narración. Por lo tanto, intenté adaptar la materia de forma tal que, sin dejar ninguna unidad sin abordar, enfocarnos más en la argumentación y las distintas variaciones en que encontramos esta tipología textual. En sí, correspondía enseñar “Texto argumentativo: nota de opinión” pero extendí más allá de los límites de la unidad a la argumentación utilizándola también en literatura. Entonces, si los chicos estaban leyendo las Crónicas de Indias, también les llevaba ensayos en los que se analizara cómo cada autor de las crónicas exponía su punto de vista con finalidades pragmáticas específicas. Ellos mismos debían enfrentar el desafío de elaborar un ensayo en el cual asumieran un punto de vista vinculado a la temática etnocentrismo y lo trasladaran a su realidad. 

Considero que los contextos jamás serán homogéneos y es eso mismo lo maravilloso de la docencia. El desafío es aprender a ser como el camaleón, adaptarnos a las circunstancias, los alumnos, el contexto físico, etc. Poner sobre la mesa lo que tenemos y a partir de eso crear.
Prezi: El aula y su diversidad

lunes, 9 de mayo de 2016

Inclusión educativa ¿sueño postergado o realidad?

">
INCLUSIÓN EDUCATIVA ¿SUEÑO POSTERGADO O REALIDAD?


Soy profesora en Letras y trabajo en un pequeño pueblo de la provincia de Formosa. Todo el C.B.S. dicta las clases de Lengua una colega y yo soy responsable de dictarlas en el C.O.S., motivo por el cual cada inicio de ciclo lectivo decidimos reunirnos exclusivamente para que ella pueda brindarme especificaciones acerca de mis potenciales alumnos.
Año tras año, las dificultades resaltadas son la falta de interés en la lectura, la inadecuada expresión oral y escrita, la falta de acompañamiento de los tutores y la falta de hábitos de estudiantes. Pero este año, a dichas dificultades se sumó, en 4 I y 4 II la falta de compañerismo y capacidad para trabajar con otros, especialmente con los compañeros con capacidades especiales que están integrados. Ella me manifestó que generalmente la discriminación se le escapaba de las manos y no lograba manejar la situación. Dice que ha buscado la ayuda de colegas y de los padres de los alumnos pero los logros fueron mínimos por lo que consideraba que la situación seguiría igual. Realmente, esto no sólo me preocupó sino también me desalentó.
En el momento en que empecé a planificar la programación para la etapa de diagnóstico decidí abordar el bullying, la intolerancia y la violencia a través de dos textos de Marco Denevi; a saber La hormiga e Inmolación por la belleza. Comenzamos leyendo Inmolación por la belleza. Conversamos sobre el contenido temático del texto. Al principio, las participaciones eran limitadas hasta que el alumno con hidrocefalia dijo que muchas veces él se sintió “como ese pobre erizo” y que por eso podría entender por qué se dejó morir. Inmediatamente, algunos de sus compañeros intentaron insultarlo, entonces les pregunté qué los molestaba de él y ninguno pudo brindarme una explicación coherente; algunos alegaban que “es un pesado”, otros que “él no hace nada pero igual pasa de curso”, etc.
Entonces, le pedí al alumno hostigado que nos contara cómo eran sus días, su rutina desde que se levantaba hasta que se acostaba y qué lo hacía feliz. Él con cierta ingenuidad con contó cosas triviales como, por ejemplo, que se levanta, se higieniza, reza, se alimenta. Pero, además, nos contó con lágrimas en los ojos lo feliz que lo hace saber que asistirá a clases, que verá a sus compañeros y que estos lo harán sentirse vivo, presente. Seguidamente, promoví la palabra de los compañeros y un grupo de chicas dijo que ellas lo querían mucho y que uno de los principales motivos por los que se enojaban con sus compañeros cuando estos lo molestaban era porque no querían se Lázaro se cambiara de curso o, lo que “es peor”, se fuera a la escuela especial. Realmente, el momento vivido fue emocionante pero a la vez muy difícil; no sabía cómo seguir. Me sentía quebrada e incapaz de mediar adecuadamente en ese tipo de situaciones. No obstante, intenté seguir con la clase. Para calmar los ánimos, les propuse que leyéramos otro  texto del mismo autor titulado La hormiga. En este caso, los alumnos llegaron a la conclusión de que todos ellos se sentían las hormigas y que Lázaro podría ser la hormiga que se animó a salir y experimentar lo realmente bueno de la vida y que, quizás, era por eso que lo fastidiaban tanto.
Lamentablemente, el horario de clases finalizó pero antes de irnos al recreo les encomendé plasmar a través de diferentes textos sencillos sus interpretaciones y apreciaciones acerca de lo leído. En el transcurso de la semana, los alumnos repartieron a todo el colegio folletos, propagandas y láminas en las que plasmaron sus apreciaciones, interpretaciones y valoraciones.

La experiencia fue muy positiva pero todavía hay mucho que hacer. Lo importante es sentir que uno puedo intentar acercase a los alumnos, escucharlos, vivir con ellos sus miedos e inquietudes. 

Comparto con ustedes el Prezi que realicé: