Durante el cursado del CUI, cuando se consulta los ingresantes al Profesorado de Educación Secundaria en Matemática: ¿Por qué elegiste esta carrera? ¿Existe algún vínculo entre la elección de la carrera y tu trayectoria escolar?, es común escuchar relatos referidos a: la marca que les dejó ese profesor o profesora de Matemática rescatada de los rincones de la memoria que genera en algunos los mejores recuerdos que los traen al Profesorado; para otros la matemática en las aulas de la escuela secundaria es en el momento, sinónimo de pizarrones y hojas de carpetas abarrotados de símbolos e interminables algoritmos resueltos con pasión; y los menos hablan del placer que experimentaban de jugar a ser profesores particulares que trataban de ayudar a sus compañeros a salvar la difícil situación del amenazador examen que se les avecinaba.
En este contexto resulta importante preguntarnos: ¿Por qué la Matemática no es vista como un saber útil, importante y necesario para dar respuestas a los problemas reales y cercanos que confrontan a los estudiantes diariamente? ¿Habrán vivenciado como esta ciencia puede ayudarlos a lograr una mayor comprensión de la realidad? Cabe pensar entonces, ¿cuáles son los principales inconvenientes que impiden que los ingresantes al profesorado realicen una integración efectiva y significativa del área de la Matemática en la sociedad?Resulta notoria esta falta de visión de la matemática, desde su enseñanza escolar, como un proceso que convoca a la construcción de conocimiento social vinculado estrechamente con las demás ciencias y no una mera acumulación de resultados, fórmulas, reglas y definiciones vacías de sentido.
Se plantea la discusión acerca del papel que juega el sistema de creencias del ingresante al Profesorado (sobre la naturaleza de la matemática y su aprendizaje, sobre él mismo como aprendiz de matemática, sobre él mismo enseñando matemática) con el propósito de promover en él actitudes y creencias positivas hacia el establecimiento de vínculos entre la matemática escolar y la matemática que usa la sociedad.
Para ello, resulta necesario pensar en la imagen de ciencia que tradicionalmente ha transmitido la escuela, la forma de abordarla, poniendo el acento en ella, ya que es en la institución educativa donde se enseña y se aprende de un modo sistemático a usar la matemática, constituyéndose en uno de los factores que repercuten directamente en la relación que cada persona construya con esta ciencia.
Entonces, los formadores del Profesorado de Matemática, al ver que los fantasmas del pasado comienzan a desdibujarse, a esfumarse, y que depende de nosotros, los formadores, que emerjan con fuerza y audacia enfoques diferentes, tenemos la posibilidad de promover en las aulas conexiones fecundas entre dominios de conocimiento tan diversos como interesantes entre Matemática y Fotografía, Sudoku, Deportes, Economía, Artesanías, Música, Artes Plásticas, Artes Audiovisuales, entre otras; haciéndose presente en estas relaciones diversos conceptos de matemática.
No se trata de hacer reinventar a los estudiantes la matemática que ya existe, sino de involucrarlos en un proceso de producción matemática donde su actividad haga evolucionar su pensamiento.
Por Analía Mansilla
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